30/10/12

Entrenamiento y Competición


Siete verdades como puños del entrenamiento y la competición

La competición es toda una filosofía de vida. Cuanto mayor nivel alcanza un deportista, más historias arrastra de sacrificios, esfuerzo, superación personal, ambición y dedicación.
Miguel Heras, Kilian Jornet e Iker Karrera en el Ultra Trail Mont Blanc 2011
Miguel Heras, Kilian Jornet e Iker Karrera en el Ultra Trail Mont Blanc 2011 (Jordi Saragossa)







  1. Solamente gana uno:
     Una de las cuestiones a tener en cuenta cuando se compite es que, evidentemente, ganar solamente gana uno. Por lo tanto, hemos de tener claro lo que nosotros queremos y podemos conseguir realmente, y marcarnos muy claro los objetivos que queremos alcanzar: para un deportista, acabar la carrera es un éxito y, para otro, llegar segundo puede ser un fracaso.
  2. Cuanto más nivel, más presión: Otra cuestión muy importante es que cuanto más nivel, mayor presión del entorno (patrocinador, medios de comunicación, público...). Aunque no lo parezca, es un tema delicado pues una victoria o una derrota se pueden magnificar de tal forma que llegan incluso a ser dolorosas. Ya sé que este tema pueda parecer muy lejano y que muchos pensareis... "ojalá tuviese que preocuparme de patrocinadores y prensa", pues bien esto también hay que tenerlo en cuenta para sumarlo a la “inversión” de la que estoy hablando. No seríais los primeros en abandonar una práctica deportiva por presiones externas a vosotros.
  3. Una fórmula sencilla: Cuanto más tiempo dediquemos a entrenar, menos tiempo nos quedará para otras actividades, familia, trabajo, amigos... Habrá momentos de duda, sobre si merece la pena tanto esfuerzo.
  4. No todo es entrenar: El deporte de alto nivel no consiste solamente en forzar y en entrenar más y mejor. El simple hecho de lo que explico, implica un alto precio a pagar, y cuando tomamos la decisión de dedicarnos a competir, hemos de tenerlo muy claro porque si no, podemos llegar a una situación límite que en el argot popular se llama “estar quemado” que nos llevará a replantearnos si es una buena opción dedicar nuestro tiempo a competir.
  5. Constancia y compromiso: Cuando decidimos dedicarnos a las competiciones hemos de ser sinceros con nosotros mismos, hurgar en nuestro interior y estar seguros de lo que es- tamos dispuestos a invertir en el proyecto. No basta con ser constantes en los entrenamientos: las competiciones exigen un extra de dedicación y compromiso, un cambio de mentalidad en el día a día.
  6. Capacidad de renuncia: Acudir a una competición también implica que los días previos a la misma, e incluso el mismo día, queden condicionados por la carrera. Eso nos llevará a tener que renunciar a cosas que también nos gustan y nos llenan. Estas renuncias nos pueden llevar en plena competición a la temida pregunta "¿Y qué hago yo aquí?". Debemos evitar llegar a este extremo.
  7. A veces basta con un poco más: Un deportista aficionado pero de muy buen nivel me preguntaba cómo poder mejorar su rendimiento, sin dedicar más tiempo del que ya dedicaba. Le expliqué que quizás una manera, sería dejar de lado las cenas con los amigos los fines de semana, ya que el día después se saltaba los entrenamientos. O ese cambio en el entrenamiento programado, que habitualmente hace, para poder realizar una actividad conjuntamente con sus amigos, ¿estamos dispuestos a cambiar ciertos hábitos de vida?
    (Carreras por Montaña).

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