10/10/13

La montaña es mas divertida

Si hace apenas unos días realicé una carrera de asfalto en la que el sufrimiento fue la nota predominante, una semana después ocurre  todo lo contrario. La maratón alpina Al-Mudayna tiene todos los alicientes posibles para que todo aquel corredor, ciclista  o senderista salga satisfecho de una prueba de estas características.

La montaña tiene lo que tiene, y cuando uno se encuentra a gusto  y disfruta del entorno, puede ser técnica, dura o extrema, pero seguro que se va a encontrar mejor corriendo en ella.

El sábado 5 de octubre me desplacé a la Almudema, una pedanía  situada a 9 escasos km de Caravaca de la Cruz, a la cual llegué a las 8:45 horas, tiempo suficiente para recoger el dorsal, tomarme un café, hacer fotos y vestirme de corto relajadamente para la carrera, ya  que salíamos a las 10:00 en autobús dirección al “torreón de Jorquera” para desde allí  iniciar nuestros 21.600 metros de recorrido.


225 participantes  preparados para tomar la salida, amigos conocidos, como César Vergara de Cehegín, José Ángel  López y Mariano Ortín de Piti-running, Julián Pallares (compañero de trabajo), y muchos otros conocidos de las carreras por montaña.


Mientras esperamos el pistoletazo de salida, los primeros maratonianos  pasan por el control del km 21 donde estamos nosotros, lo cual les hacemos el paseíllo aplaudiéndoles a su paso. Comenzamos a correr a las 11:00 horas viendo de fondo la famosa “Sierra de las Cabras”, sinceramente no me pareció tan dura como el segundo escollo “Juego de Bolos”, ahí si se iba notando la dureza de la prueba. Las bajadas tanto de la “Sierra de las Cabras” como del collado “juego de bolos” muy técnica, con la emoción de que ibas encontrando senderistas y tenías que esquivarlos. La organización pensó en amenizar el recorrido y sorprendentemente había un grupo de gaiteros alegrando el paso por el km 10 de carrera.


Llego al tercer avituallamiento con las piernas como “mazas”, porque he de confesar que bajando soy algo miedoso y si la bajada es muy técnica retengo bastante.  En esa bajada me pasó Esther Sánchez, la que a posteriori  sería la ganadora femenina de la Maratón Alpina. A pesar de llevar las piernas como hígados, puedo coger ritmo en un llaneo que hay hasta el km 17,5 cuarto avituallamiento, donde comienza el tercer y último  puerto de la carrera, el “Alto de derramadores” o conocido como “el cortafuegos”.  Ese punto es donde pone a cada uno en su sitio, ciclistas y corredores tienen que parar y andar para echar el resto y demostrar sus dotes andarines, porque sabes que es el último obstáculo para llegar a meta.


Allí ya se ven las caras cansadas, yo incluso a pesar de llevar calambres voy bien, con fuerzas para dar el apretón final. Ya sabes que es toda bajada y llano, corres los últimos 3 km con la satisfacción de que la has terminado, de que no te importa el tiempo empleado, de saber que tienes una más, pero sobre todo que has disfrutado muchísimo.  


Llego a meta con un recibimiento esplendoroso, abarrotada de gente aplaudiendo tu llegada para culminar la carrera como centuriones. Satisfacción plena cuando terminas una carrera de montaña sabiendo lo que has pasado  y los desniveles que has acumulado.



Terminé en el puesto 69 de la general con un tiempo de 3:04:32, siendo el ganador de esta prueba Juan Miguel Chacón Resina realizando el trayecto en 2:08:37, y la primera femenina Laura Morales García con un tiempo de 2:43:58. 

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