22/11/16

El club Mountain en la Sagra

Hay muchas leyendas, historias y dichos populares referentes a la montaña, y lo que no llego a entender es si es cierto que la montaña te llama, o eres tú el que vas a buscarla. No lo sé, con el tiempo quizá se llegue a comprender, pero de momento me quedo con que siento la llamada.

Y esto es lo que nos pasó al club el pasado domingo, cuando decidimos incluir la cima de la Sagra (2383) en las rutas senderistas “12 Picos” en su segunda edición. Siempre piensas que además de organizarla para los senderistas del club, algún interesado más acudiría a la cita. Pero es cierto que nos vimos en la obligación de
colgar “agotadas inscripciones” por ser imposible agrandar más el grupo. La famosa llamada la sintieron más de uno, llegando a ser más de 40 los que formamos el grupo de montañeros que nos aventuramos a cumbrar la cima, sintiendo además la baja  de varios inscritos que en última hora no pudieron acudir.

Tengo que confesar que la semana previa Jose Antonio Navarro (el guía), junto con Raquel Villa, Pedro García y un servidor tuvimos muchos quebraderos de cabeza para organizar el grupo, y lo peor, el tiempo y temporal cambiaban justo ese día. Mañana y tarde durante toda  la semana estuvimos pendientes de las aplicaciones meteorológicas por si sufrían algún cambio, pero no fue así. El tiempo es el dueño y señor, y es el que manda en la montaña, así que tocaba sufrir. Según las predicciones teníamos buen tiempo de las 7:00 h hasta las 13:00 h, a partir de esa hora daba nieve, ventiscas, bajas temperaturas, lluvia, etc...


El domingo 20 fue la fecha designada para la ruta, con unos 9 km de recorrido y 800 m positivos, con salida desde el refugio en ruta lineal, siendo los datos técnicos bastante interesantes y llamativos. Nos acompañaron montañeros de San Javier, Hellín, Cieza, Calasparra, Caravaca y por supuesto Moratalla, algunos la subían por primera vez, con la incertidumbre si conseguirían llegar, otros ya la habían hecho aunque por otras vías, y otros repetían más de una y de dos y de tres veces.

Nos trasladamos a la vecina localidad de Puebla de Don Fadrique (Granada), haciendo dos recogidas por el camino en Venta Cavíla (Caravaca) y venta Codorniz (Almaciles), para coger la carretera de montaña que lleva a los Collados de la Sagra.

Llegamos al refugio hablamos un poco, organizamos el grupo e iniciamos el ascenso. A las 8:45 salimos del refugio (1500), casi los primeros en  comenzar a subir, ya que las previsiones meteorológicas no nos daban buenas esperanzas de terminar con éxito (entiéndase con buen tiempo) la ruta. Teníamos una ventana de 5 horas, así que sabíamos que no nos podíamos descuidar, hablándolo los días previos en el grupo que teníamos. Fuimos realizando la única senda que te sube por esa cara hasta el “Collado de las Víboras” zona menos técnica aunque con su dificultad.

Llegamos a su cara Norte, notando más las bajas temperaturas, así como  las rachas de viento de más de 40 km/h, llegando la sensación térmica a ser muy baja.  A partir de los 2000 metros empeoraba  y esto nos dejaba que las paradas para descansar fueran mínimas y cortas. Una vez atravesado el conocido “pasamanos” tuvimos que aligerar bastante el paso, quedándonos escasos 200 metros para la  cumbre, donde por las emisoras pudimos escuchar que estaba lloviendo a 60 km en línea recta.


Hicimos cumbre a paso ligero donde poco pudimos disfrutar, la niebla nos acechaba, siendo la visibilidad escasa o nula en algunos momentos. Realizamos algunas fotos y enseguida tomamos la determinación de bajar al grupo hasta zona más segura, como el collado las víboras, donde ya paramos almorzar para hacerlo de forma más tranquila. Aun con todo ello no cesaba de subir y bajar gente ajena a lo que pudiera venir u ocurrir.

Lo que quedó de bajada fue un auténtico disfrute, viendo en los rostros de todos ellos la alegría de haber hecho algo grande. Sí que es cierto que es un simple “2000”, pero subir ésta cima va más allá de conquistar una montaña, es un sentimiento, es una pasión, es un reconocimiento personal. 

  
Terminamos, y algunos se marcharon a casa y otros nos quedamos en la “Venta la Codorniz” un restaurante cercano, con el fin de dar colofón a la jornada montañera y a deleitar la especialidad de la  casa, como  son las migas, la olla de berza y la carne a la Brasa.


Me gustaría felicitar a Jose Antonio Navarro nuestro guía, que nos llevó a la cima de maravilla y también a los colaboradores en la organización del grupo, Raquel Villa y Pedro García. Y también dar las gracias a los participantes de la ruta por su ejemplar comportamiento durante todo el recorrido, demostrando que son auténticos montañeros en todos los aspectos. Como anecdota decir que cuatro miembros del club de la sección trail running, también estuvieron por allí montaña arriba, montaña abajo, preparando como no la falco trail.

1 comentario:

  1. Gracias mil veces por organizar estas rutas y enhorabuena por la magnifica organizacion de las mismas!

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