Hay muchas leyendas, historias y
dichos populares referentes a la montaña, y lo que no llego a entender es si es
cierto que la montaña te llama, o eres tú el que vas a buscarla. No lo sé, con
el tiempo quizá se llegue a comprender, pero de momento me quedo con que siento
la llamada.
Y esto es lo que nos pasó al club
el pasado domingo, cuando decidimos incluir la cima de la Sagra (2383) en las
rutas senderistas “12 Picos” en su segunda edición. Siempre piensas que además
de organizarla para los senderistas del club, algún interesado más acudiría a
la cita. Pero es cierto que nos vimos en la obligación de
colgar “agotadas
inscripciones” por ser imposible agrandar más el grupo. La famosa llamada la
sintieron más de uno, llegando a ser más de 40 los que formamos el grupo de
montañeros que nos aventuramos a cumbrar la cima, sintiendo además la baja de varios inscritos que en última hora no
pudieron acudir.
Tengo que confesar que la semana
previa Jose Antonio Navarro (el guía), junto con Raquel Villa, Pedro García y
un servidor tuvimos muchos quebraderos de cabeza para organizar el grupo, y lo
peor, el tiempo y temporal cambiaban justo ese día. Mañana y tarde durante
toda la semana estuvimos pendientes de
las aplicaciones meteorológicas por si sufrían algún cambio, pero no fue así.
El tiempo es el dueño y señor, y es el que manda en la montaña, así que tocaba
sufrir. Según las predicciones teníamos buen tiempo de las 7:00 h hasta las
13:00 h, a partir de esa hora daba nieve, ventiscas, bajas temperaturas,
lluvia, etc...
El domingo 20 fue la fecha
designada para la ruta, con unos 9 km de recorrido y 800 m positivos, con salida
desde el refugio en ruta lineal, siendo los datos técnicos bastante interesantes
y llamativos. Nos acompañaron montañeros de San Javier, Hellín, Cieza,
Calasparra, Caravaca y por supuesto Moratalla, algunos la subían por primera
vez, con la incertidumbre si conseguirían llegar, otros ya la habían hecho
aunque por otras vías, y otros repetían más de una y de dos y de tres veces.
Nos trasladamos a la vecina
localidad de Puebla de Don Fadrique (Granada), haciendo dos recogidas por el
camino en Venta Cavíla (Caravaca) y venta Codorniz (Almaciles), para coger la
carretera de montaña que lleva a los Collados de la Sagra.
Llegamos al refugio hablamos un
poco, organizamos el grupo e iniciamos el ascenso. A las 8:45 salimos del
refugio (1500), casi los primeros en
comenzar a subir, ya que las previsiones meteorológicas no nos daban
buenas esperanzas de terminar con éxito (entiéndase con buen tiempo) la ruta. Teníamos
una ventana de 5 horas, así que sabíamos que no nos podíamos descuidar,
hablándolo los días previos en el grupo que teníamos. Fuimos realizando la
única senda que te sube por esa cara hasta el “Collado de las Víboras” zona
menos técnica aunque con su dificultad.
Llegamos a su cara Norte, notando
más las bajas temperaturas, así como las
rachas de viento de más de 40 km/h, llegando la sensación térmica a ser muy
baja. A partir de los 2000 metros
empeoraba y esto nos dejaba que las
paradas para descansar fueran mínimas y cortas. Una vez atravesado el conocido “pasamanos”
tuvimos que aligerar bastante el paso, quedándonos escasos 200 metros para la cumbre, donde por las emisoras pudimos
escuchar que estaba lloviendo a 60 km en línea recta.
Hicimos cumbre a paso ligero donde poco
pudimos disfrutar, la niebla nos acechaba, siendo la visibilidad escasa o nula
en algunos momentos. Realizamos algunas fotos y enseguida tomamos la
determinación de bajar al grupo hasta zona más segura, como el collado las
víboras, donde ya paramos almorzar para hacerlo de forma más tranquila. Aun con
todo ello no cesaba de subir y bajar gente ajena a lo que pudiera venir u
ocurrir.
Lo que quedó de bajada fue un
auténtico disfrute, viendo en los rostros de todos ellos la alegría de haber
hecho algo grande. Sí que es cierto que es un simple “2000”, pero subir ésta
cima va más allá de conquistar una montaña, es un sentimiento, es una pasión,
es un reconocimiento personal.
Terminamos, y algunos se marcharon
a casa y otros nos quedamos en la “Venta la Codorniz” un restaurante cercano,
con el fin de dar colofón a la jornada montañera y a deleitar la especialidad
de la casa, como son las migas, la olla de berza y la carne a
la Brasa.
Me gustaría felicitar a Jose
Antonio Navarro nuestro guía, que nos llevó a la cima de maravilla y también a
los colaboradores en la organización del grupo, Raquel Villa y Pedro García. Y también dar las
gracias a los participantes de la ruta por su ejemplar comportamiento durante todo
el recorrido, demostrando que son auténticos montañeros en todos los aspectos. Como anecdota decir que cuatro miembros del club de la sección trail running, también estuvieron por allí montaña arriba, montaña abajo, preparando como no la falco trail.
Gracias mil veces por organizar estas rutas y enhorabuena por la magnifica organizacion de las mismas!
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