Después de un año prácticamente sin
hacer algún reto serio (dígase serio, aquello que está fuera de mi alcance y de
nuestras carreras de montaña de nuestros alrededores), volvemos a las andadas.
Esta vez declinado por las inquietudes de algo nuevo, inquietante y asombroso. Un reto que sin duda va a marcar
las diferencias y el concepto que tenía entre el asfalto y la montaña.
Mañana se celebra la XXXI Subida Internacional del Veleta, una prueba mítica y de las más antiguas de España.
Según dicen las más dura del país y a la que más altura se corre. Creo que es
cierto en cuanto a la altura, en la dureza pues supongo que cada participante
opinará de una manera, lo que sí puedo adelantar, es que sus 50 km de continua
ascensión no es un paseo.
Tiene
unos 2800 metros positivos,
saliendo desde la misma ciudad de Granada y subiendo a una altitud de 3390
metros. De esta prueba he sacado la pre-conclusión de que el reto es continuo, ya
que además de su distancia, hay que añadir el agravante del asfalto que para mí
hasta ahora ha sido demoledor en media distancia. En la continua subida sí que es
cierto que juegas con la ventaja que estás en la montaña y es un punto a favor, pero el calor que
seguro hará mañana nos puede machacar físicamente.
La mente como en todos los retos y
desafíos va a ser fundamental para esta edición del Veleta, sobre todo para mí.
Así que mañana disfrutaremos de una prueba bonita, entretenida y donde una vez
más pondremos a prueba al ser humano en uno de los mayores retos del país.
Un servidor (Julián Sánchez) del
club Mountain Noroeste, junto con varios amigos como Ventura Guerrero y Oscar
García del club Correbirras, intentaremos alcanzar la cima del Veleta, donde
sin duda una de las cosas que haremos será disfrutar y divertirnos aunque
suframos.
En los próximos días contaré como
ha sido la aventura del Veleta.
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