Estamos viendo continuamente como
por parte de las instituciones se van poniendo más trabas a los clubes y
asociaciones a la hora de organizar algún evento deportivo. No sabemos el
motivo de esta forma de actuar en contra de una prueba popular, que no va más
allá de pasar un rato de ocio en nuestro
entorno y la naturaleza.
El interés mediático que causan algunas pruebas, hacen que salten las
alarmas en cualquier organismo público, algunos lo ven con buenos ojos, otros
sin embargo lo perciben como algo destructor o invasor.
Desde el
plano organizativo decir
que esta fiebre popular por recorrer todas las sierras habidas y por haber que
cubren nuestro entorno natural, hace que cada vez más adeptos al deporte de
moda se interesen por la naturaleza, su belleza, su paisaje y su lugar de
celebración.
Esto bajo mi punto de vista hace
que cada vez más gente se preocupe por cuidar el medio que nos rodea de una
manera u otra, conozca en profundidad la cultura y raíces del pasaje,
incluyendo además una fuente de ingresos para la zona.
No entiendo ciertas posturas algo
polémicas por parte de estas instituciones, pero creo que en muchos casos
basados en información errónea o incluso por no visitar una zona para comprobar
in situ si realmente reúne las condiciones para realizar dicho evento. Los
participantes a las pruebas de montaña no somos destructores, quizás deberían
ver, participar y comprobar que somos los primeros que queremos que esto
continúe.
Cuidamos y además limpiamos la zona
de celebración de cualquier prueba deportiva. Mimamos el recorrido para que
esté impoluto durante todo un año, a sabiendas además que la mayoría de los
casos es zona privada. Algo que ningún propietario o casi ninguno ha hecho por su
propiedad hasta la fecha.
Debemos luchar para que no nos
prohiban aquello que hemos disfrutado toda la vida.
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