5/7/20

Ruta de las Fuentes en el Calar de la Santa

Cuando se tiene algo pendiente de hacer no hay que dejarlo que madure demasiado, ya que cabe la posibilidad de que llegue a fermentar y al final no se haga, como me ha ocurrido en algunas de las rutas que tengo pendientes.

El Calar de la Santa es una de esas zonas que

dejas para más adelante, quizá por cercanía, no lo sé, pero la cuestión es que lo vas dejando pasar para otra ocasión dando prioridad a otros lugares con menos belleza si cabe. Inducido más por un amigo del Sabinar (Daniel) que por mi iniciativa propia, e indicándome hace apenas unos días el paraje en concreto, siendo yo, un amante de los nacimientos acuíferos, no dejé que madurara demasiado para que no fermentara la idea. Así que diseñé la ruta con los parajes que me indicó, y Earth hizo el resto.

Se lo comenté a un amigo y compañero del club (Fernando) y encantado me acompañó a la ruta, junto con mi fiel compañero desde hace más de un año que me acompaña a cada ruta, mi perro Samy (de la raza Malinois). En la que sin duda y dado a las fechas en las que estamos había que madrugar, dado al calor previsto en estos primeros días de julio.

 

Así lo hicimos, y al poco de la salida del sol estábamos en camino por el recorrido que nos lleva al manantial del Cantalar. Nos desviamos al poco de salir donde ya veíamos las aromáticas en flor, algunas, y a punto de salir otras, por lo que la fragancia de éstas aromáticas ya nos impregnaban el olfato.  En busca de la senda del arroyo Blanco, nos encontramos con una plantación de pino rojo (detectada por Fernando que es un experto de la vegetación, flora y fauna del lugar, además de los hongos), característico de las zonas altas de Granada y si no me lo dice, ni me doy cuenta. Seguimos donde enseguida encontramos la senda del arroyo, donde iniciamos el ascenso, en el que el ruido encajonado del agua al fondo del barranco nos hace pensar que la cantidad es abundante. Conforme ascendíamos el barranco va perdiendo profundidad, dejándonos ver lo caudaloso que baja el arroyo. Cruzamos varios pasos de puentes de madera envejecidos, y justo al pasar una especie de “garganta” localizamos el manantial conocido como “Fuentes Grandes” con un caudal abundante, un poco más arriba Fuente Teja. El terreno me comenta Fernando cuenta con piedra dolomita, algo como piedra carbonatada (se rompe muy fácil con la lluvia y con el paso del tiempo).


Nos desviamos al este y enseguida encontramos la senda que nos lleva a los Puntales del Francés, una senda preciosa que desciende en la que vemos (yo no, lo ve mi compañero de ruta) el  Abeto Pinsapo, diciéndome que es típico de la Sierra de Grazalema. Abetos grandes y muy bonitos, que seguramente estarán en algún proyecto junto el pino rojo. Bajamos a un arroyo seco y nos encontramos con otra fuente en la Casa de la Sazadilla, nos detenemos poco y continuamos hasta la Fuente del Rincón o Fuente la Mata. Fuente que creo abastece a la población del Calar de la Santa, además de los cortijos cercanos, estando ésta cercada para no manipularla.


Continuamos la ruta sin detenernos antes, en una Sabina, de las muchas que abundan, pero siendo especial por su tamaño. También más plantación de aromática antes de llegar de nuevo al punto de partida, acabando la ruta después de 2:30 h y 10,7 km de recorrido.

Una ruta que merece la pena realizar, en breve la colgaré en wikiloc para quien quiera realizarla pueda hacerla. Parajes bellísimos a los pies de la Sierra de Villafuerte, que aunque no subimos esta cima, si pudimos apreciar las distintas sierras colindantes. No bajamos de los 1200 metros de altitud, alcanzando los 1400 m en algún punto. Terminamos la ruta degustando la gastronomía típica del lugar en el Bar Terraza del Sabinar.




Julián Sánchez @juliansanchezm



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